lunes, 10 de noviembre de 2014

En el principio...

Cotija, cuyo nombre completo es Cotija de la Paz, es un pequeño poblado mexicano insigne entre los demás por proveer con los mejores quesos a toda la Nación. Se halla en el Estado de Michoacán y dista a poco más de 200 kilómetros de Morelia, la capital.  Basta con sólo contemplarlo desde alguna de las colinas que lo rodean, para darse cuenta de que este poblado aún está anclado en los años de la Colonia.

Cotija
Tejados anaranjados, haciendas de otros siglos y un vasto valle colmado de robustas vacas marchando sin reproches tras el capataz, todo esto en derredor de la Basílica de Nuestra Señora del Pópolo, compone el panorama de Cotija. Allí un extranjero saltaría a la vista con facilidad, pues los habitantes de aquella región –mexicanos como ninguno-  parecen extraídos de algún cuento de Rulfo. Basta con decir de los niños que son réplicas a escala de sus padres: botas tejanas, pantalones ceñidos, cinturones con grandes hebillas y, desde luego, sombrero de charro. 


Monseñor Rafael Guízar
A un lado de la carretera por la cual se llega al pueblo, una estatua de un anciano panzón, erigida sobre un pedestal de concreto, da la bienvenida a los forasteros que arriban a Cotija. El nombre del anciano, según una placa de mármol negro incrustada en el pedestal, es Rafael Guízar y Valencia, uno de los 32 mexicanos inscritos en el santoral. En comparación con Colombia, que sólo cuenta con una santa, y con Venezuela que no tiene ninguno, 32 santos son una multitud; haría falta uno más para conformar tres equipos de fútbol.

La devoción mexicana, tan a menudo llevada al fetichismo, se manifiesta hasta en la arquitectura, pues es cosa muy habitual encontrar en las fachadas de algunas casas cotijenses el rostro, esculpido en yeso, de Don Rafael Guízar. Del mismo modo, lecherías, almacenes, taquerías y hasta las cantinas más ruidosas llevan el nombre de tan venerable personaje.


En un costado del pueblo, junto a una pequeña colina que los habitantes llaman el Cerrito Calabazo, está el Panteón Municipal. Se compone de dos hectáreas abarrotadas, donde quiera la vista posarse, de tumbas de los cotijenses de años y de siglos atrás. Echando un vistazo alrededor, y contemplando la suntuosidad de algunos mausoleos, se tiene la sensación -casi la certeza- de que en este rincón de Michoacán son los muertos quienes gobiernan a los vivos.

Algunos fueron ricos propietarios de haciendas y lecherías, cuyas vidas fueron demasiado cortas para despilfarrar todo el dinero atesorado; otros fueron ciudadanos ilustres, así como gobernadores del estado, médicos célebres, músicos afeminados, furiosos sindicalistas y un puñado de poetas olvidados; algunos otros, los llamados a la aventura y al peligro, fueron líderes de guerras y fanáticos revolucionarios, zapatistas, villistas, maderistas y cristeros. Los demás difuntos fueron cotijenses sin virtudes ni fortuna: olvidados entre los olvidados, cadáveres infelices custodiados por una flor reseca por el sol.

En todo aquel lugar, en donde hasta el aire parece muerto, no hay un solo centímetro cuadrado que no esté cubierto del polvo amarillento que el viento levanta del suelo. A excepción de alguna rosa artificial, todo en este cementerio, desde las tumbas de nadie hasta los monumentos mortuorios más alucinantes, está desprovisto de color. Hasta los fantasmas más escalofriantes y las ánimas en pena más traviesas parecen haber fallecido: lo más aterrador de aquel sitio es el aburrimiento.

Panteón municipal de Cotija

El único lugar del Panteón donde la alegría de la naturaleza aún reverdece, donde las ardillas quieren anidar y donde el césped imita la suavidad de una alfombra, es un jardín que rodea una acogedora e impecable capilla, bajo cuyo altar mayor se halla el cuerpo de un hombre con cuatro nombres, con cuatro vidas y que murió cuatro veces antes de ser sepultado.

En vida muchos le conocieron como Jaime Alberto González, un adinerado comerciante; otros, como José Rivas, un empresario petrolero; su mujer y su hija lo llamaban Raúl Rivas, un agente encubierto de la CIA; pero el mundo entero siempre supo de él por su verdadero nombre: Marcial Maciel Degollado.

Tumba de Marcial Maciel
Haría falta tener más de doscientos años para vivir todas las vidas que este hombre vivió: fundador de la orden religiosa católica los Legionarios de Cristo, hombre influyente en la Curia romana, acusado de abuso sexual por varios de sus seminaristas, amigo personal de Juan Pablo II, padre de varios hijos de los cuales también abusó, seductor de señoritas adineradas, mitómano y falsificador, sodomita consagrado a los placeres prohibidos y como si lo anterior no fuera ya suficiente, aún le quedaba tiempo de drogarse.


MARCIAL MACIEL (1920 - 2008)



Primeros pasos...

Marcial con su madre, Maura Degollado
Fue Cotija de la Paz el pequeño poblado predestinado para dar vida a Marcial Maciel el 10 de marzo de 1920. Francisco Maciel fue su padre  y su madre Maura Degollado Guízar, sobrina del santo Rafael Guízar y Valencia, el sacerdote que en la actualidad, y en forma de estatua, da la bienvenida a quienes arriban a Cotija.

Un tío de Marcial, José de Jesús Degollado, es hoy recordado por haber sido uno de los más fervientes luchadores en las Guerras Cristeras, donde las huestes católicas se enfrentaron al descreído gobierno de Plutarco Elías Calles, luchando por sus derechos religiosos. Habiendo nacido en una familia de católicos consagrados, de sacerdotes y obispos, el destino no tuvo que discurrir mucho para otorgarle a Marcial la vocación sacerdotal.


Cristeros levantados en armas contra el gobierno de Plutarco Elías Calles


Así narra Maciel, con sus propias palabras, cómo fue descubriendo su vocación:

“Desde que yo era un adolescente, Dios nuestro Señor me concedió la gracia de percibir con nitidez y hondura esta realidad que toca íntimamente la existencia de  todos los seres humanos:

Me daba cuenta de que yo podía escoger entre dos caminos. Uno, el camino fácil del "tirar adelante"  por  la  vida,  sin  mayor  preocupación:  buscarme una  buena  fuente de  re cursos  para  mi   sustento y, eventualmente, para asegurar el   futuro  de  una  familia;   tratar de ganar buen dinerito; soslayar del mejor modo posible las penurias de la vida; y gozar al máximo los pocos años que tenía delante de mí.
El otro camino se presentaba, con mucho, más arduo y escabroso. Se trataba de construir   la  vida,   minuto  a  minuto, mirando hacia la eternidad. Tomar cada  instante de mi tiempo como una  oportunidad que Dios me concedía para hacer algo por Él y por el bien  de  mis  hermanos. «Invertir», por  así  decir, cada  segundo, en algo constructivo, en algo que sirviera para los demás, y me asegurara, además, la vida eterna.”

El tiempo evidenció que Maciel no escogió un camino sino los dos: “el fácil”, el de conseguirse una familia y el “más arduo”, el de entregarse a Dios.

Bien, una vez tomada la decisión de entregar su vida a Dios, su madre lo inscribió a los 16 años en el Seminario de la diócesis de Veracruz, donde su tío, el futuro santo Rafael Guízar es rector. Sin embargo Don Rafael muere a los dos años, siendo reemplazado por Manuel Pío López Estrada, quien como primera medida toma la inmediata decisión de expulsar a Marcial Maciel del seminario. Lo acusaba de rebelde, según la versión del propio Maciel, pero según la versión de Juan Manuel Ruiz Marcos, en su libro “La orden maldita”, el verdadero motivo de la expulsión fue la vida inmoral y conductas sexuales indebidas.

En el seminario de Moctezuma en Chihuahua, donde era rector Antonio Guízar, otro tío suyo, fue a requerir su ingreso; fue aceptado. También acá los pasajes de la vida de Maciel fueron oscuros y no hay mucha documentación al respecto; sin embargo sabemos que es en esta época donde Maciel, a los 18 años, decide crear una congregación religiosa. Y con esta idea acude donde su tío, quién lo disuade argumentado que es muy joven para tales proyectos.

Maciel en el seminario de Moctezuma


Pasado un tiempo también es expulsado de este seminario. Según él mismo, porque su idea de formar una nueva congregación molestaba el ambiente sereno del seminario; sin embargo, hoy se presume que las verdaderas razones fueron las mismas por las que fue expulsado de Veracruz.

Otra vez por fuera de la vida conventual y con sus estudios religiosos por la mitad, acude en busca de otro pariente suyo, también sacerdote, Monseñor Francisco María González, quién promete ayudarle pidiendo que vuelvan a admitirlo en el seminario de Moctezuma. Pero pasados algunos meses de allí vuelven a expulsarlo, esta vez obligado a salir de noche y sin despedirse de ningún compañero. Cabe aclarar en este punto que la expulsión de un seminario sólo es un castigo para una grave falta, pero si a eso se le suma que tuvo que abandonarlo de noche y sin despedirse, puede afirmarse que la falta cometida fue grave y vergonzosa.

Entonces decidió terminar sus estudios en solitario bajo la supervisión del obispo de Cuernavaca. Aunque muchos dicen que fue ordenado sin terminar los estudios básicos de teología y filosofía. Lo cierto es que siendo aún seminarista, en 1940, durante un pequeño viaje a Cotija para visitar a su hermano Alfonso que se estaba muriendo de tifoidea, aprovechó para reclutar varios niños que querían ser sacerdotes.

Capilla del primer noviciados de le Legionarios en México DF
Así, con ocho niños llamados al sacerdocio, el 3 de enero de 1941, se fundó la congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón, que diez años más tarde tomaría el nombre con el que hoy se conoce: Legionarios de Cristo.

El primer centro vocacional estuvo ubicado en el número 39 de la calle Turín de la Ciudad de México, en el sótano de una inmensa casona. Más tarde, ese mismo año, se trasladaron a otra un poco más grande y con un gran patio para las comidas en el número 21 de la calle Victoria, donde la comunidad creció a unos 13 aspirantes.

Como Maciel no podía oficiar misas, el centro vocacional estuvo a cargo del Padre Luis Ferreira, que hacía las veces de director espiritual, confesor y capellán de los jovencitos. Mientras Marcial se seguía preparando para la ordenación y recogía fondos y donaciones para la nueva congregación.

El primero del centenar de escándalos de la vida de Marcial Maciel tuvo lugar en 1944, cuando el padre de un alumno suyo, protestó ante el  obispo de Cuernavaca porque Maciel había inducido al pequeño de 13 años a que lo masturbara una noche en su dormitorio. El suceso, muy poco conocido y también poco difundido por los medio de hoy, fue hábilmente ocultado por Maciel.

Ese mismo año fue ordenado sacerdote el 26 de noviembre por el Obispo de Cuernavaca, Monseñor Francisco González Arias en la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México. Habiéndose ordenado ya, Maciel tomó el mando de la congregación y se erigió como el primer Director General.
Maciel en los años de seminarista

Dos años más tarde un sacerdote español estuvo de paso por México tratando de encontrar jóvenes que quisiera aceptar unas becas para estudiar en la universidad de Comillas. Maciel lo convence para que se lleve a sus quince seminaristas y es así como la Legión se traslada a Europa, cada vez más cerca de Roma, donde Marcial Maciel quería llegar. Allí se unirían 15 estudiantes más, que en el futuro serían las cabezas más visibles de la Legión y de quien se dice, que Maciel también abusó en repetidas ocasiones. Entre ellos, el P. Alfredo Torre, el P. Mora y el P. Arrumí entre otros; unos vivos, otros muertos, todos son venerados hoy en la Legión por tratarse de los primeros seminaristas de persistirían en la vocación.

Llegada de los primeros Legionarios a Europa


El año de 1948 llegó con la erección canónica de la comunidad. La erección canónica es, digámoslo así, hacer de la comunidad un “marca registrada” para que sea reconocida en el Vaticano como parte de la Iglesia. Para esta fecha ya Maciel era mal visto y contaba con mala fama en Roma, pues se hablaba de que era un sacerdote afeminado y ya se empezaba a rumorar sobre su vida turbia entre los círculos eclesiales. 

Los años 50


Flora Barragán de Garza
 principal benefactora de los Legionarios de Cristo
Para la mitad de la década ya la comunidad contaba con centros de apostólicos en México, España y en Roma. El ascenso financiero de Maciel vino de manos de muchísimas señoritas que aportaban infinitas y enormes sumas de dinero, seducidas por el delicado sacerdote mexicano. La benefactora más importante de Legión se llamó Flora Barragán de Garza, una viuda adinerada que fue seducida por Maciel. La suma que la señora proporcionó a la Congregación ascendía a millones de dólares en esa época.

Primeros Legionarios, algunos abusados por Marcial Maciel
Es también en este decenio que todos los escándalos de Maciel explotan: varios de sus alumnos lo denuncian por obligarlos a masturbarlo, diciéndoles que había recibido un permiso del Papa para que sus alumnos lo masturbaran para aliviar un fuerte dolor abdominal. Por otro lado, un policía español lo sorprendió tratando de conseguir en el mercado negro Dolantín, un derivado de la morfina al cual se había vuelto adicto. Tras tratar de sobornar al policía, éste lo denuncia y fue obligado a internarse nueve meses en una clínica para rehabilitarse.

Por todo lo anterior la Santa Sede decidió destituirlo como Superior  General de la comunidad. Pero haciendo uso de los contactos que había hecho ya con altos mandos eclesiales y con personajes adinerados, logró que levantaran la sentencia dos años después.


Maciel en la década de los 50



Edificación de la Legión y doble Vida

A partir de entonces, ya una vez limpio su nombre, Maciel tuvo vía libre para construir el enorme imperio que es hoy la Legión de Cristo, mientras por otro lado seguía abusando sexualmente de menores de edad y sostenía relaciones amorosas con mujeres.

A la par de la Legión, Maciel fundó el Regnum Christi (Reino de Cristo), que es el brazo seglar de la Congregación. Allí se reunieron a los empresarios y a las familias más ricas no sólo de México, sino del mundo entero. Carlos Slim, la Familia Garza-Sada, los Oriol, están entre sus más fieles allegados. Existen también “las consagradas” del Reino, que es el brazo femenino de la Legión.


Consagradas del Regnum Christi, la rama femenina de la Legión


El carisma de la Legión es la expansión del Reino de Jesucristo en la tierra. Pero según los medios este carisma es la evangelización de las clases sociales altas, por eso tienen colegios y universidades, como los Cumbres o Highlands que abundan en todo América Latina y Europa con el fin de captar a las familias más adineradas y reclutarlos para el Regnum Christi.


Marcial Maciel con Carlos Slim,
el segundo hombre más rico en el planeta
Al día de hoy la Legión y el Reino tienen presencia en más de 20 países y al igual que el Opus Dei, es considerada una de las mejores captadoras de dinero del mundo eclesiástico, que le reporta entradas de dinero enormes al Vaticano.

Tan allegado como era a la Curia Romana, Maciel logró hacerse de amigos y poderosos encubridores que a cambio de dinero no delataban sus andanzas y desviaban cualquier investigación que la Congregación de la Doctrina de la Fe abría en su contra. Angelo Sodano y juan Pablo II fueron muy cercanos a la Legión y más en el Cardenal que en el Papa recaen las sospechas de encubrimiento.


Ángelo Sodano, principal encubridor desde la Curia Romana


La vida de Maciel siguió completamente normal hasta 1997, cuando la cadena televisiva CANAL 5 decidió publicar un documental que recogía los testimonios de 5 ex Legionarios que fueron abusados por Maciel y que luego de acudir por todos los medios a la Iglesia, sin ser oídos, decidieron contarlo todo a los medios. La reacción de la Legión consistió en convencer a las familias adineradas del Reino para que dejaran de pautar en dicho canal y para que comenzaran un bombardeo mediático en contra de los periodistas encargados del documental, lo que desencadenó la bancarrota de la cadena y el posterior cierre.


Ex-Legionarios que acusaron a Maciel en el 97


Este suceso, sin embargo, alentó a más investigadores y puso muchas miradas sobre Maciel y fue entonces cuando comenzó la vorágine de sucesos que desembocaron en la prohibición que le impuso la Santa Sede de aparecer públicamente y hacer misas para otros.

Hasta el momento se le ha comprobado la existencia por lo menos de dos familias, de cuyos hijos, según las últimas investigaciones también abusaba. Con Norma Hilda Bolaños tuvo una hija llamada Normal Hilda Rivas, pues Maciel se hacía pasar por Raúl Rivas, un agente encubierto de la CIA; y con Blanca Estela Lara Gutiérrez, tuvo a Raúl y Cristian González, de quien abusó por primera vez en unas vacaciones en Colombia. Ambas familias estuvieron engañadas mucho tiempo hasta que el escándalo generado por el CANAL 5 les hizo caer en la cuenta de quién era en realidad su padre.

Maciel con la señora Norma Hilda Baños y su hija

En este punto cabe hacerse la pregunta de que si Maciel actuó en soledad o hay quiénes sabían dentro de la Congregación. Sobre esta cuestión se vienen haciendo hoy investigaciones pues llevar una doble vida, al menos como la llevó Maciel, se requiere complicidad. Sin embargo, el culto a su personalidad que él mismo impuso dentro de la Congregación y la existencia de un Voto privado, según el cual ningún Legionario debía hablar mal de un superior, hacía la coartada perfecta para que Maciel hiciera cualquier cosa a su antojo.


P, Álvaro Corcuera (centro) y P. Luis Garza (derecha). Cúpula de la Legión y a quienes acusan de haber encubierto a Maciel
Las investigaciones dirán quiénes lo encubrieron y quienes actuaron engañados.


ÚLTIMOS HECHOS

Maciel Murió el 30 de enero de 2008 en Jacksonville, Florida a los 87 años de edad, sin castigo alguno, salvo el impuesto por la Santa Sede de permanecer en vida de oración y no aparecer en público. La Legión salió en defensa de su fundador hasta el año 2009, cuando dieron una disculpa pública por la vida inmoral de Marcial Maciel.

P. Álvaro Corcuera, quien reemplaza a Maciel en la Dirección General

Fue sepultado en su Cotija natal en una ceremonia privada, rodeado de sus más allegados familiares y Legionarios.



El Papa Benedicto XVI comenzó una visita apostólica para revisar a fondo la comunidad y ver qué cambios hay que hacerle. Muchos Legionarios han salido de la congregación alegando que adentro todo sigue igual y que al día de hoy la “línea macielista” es la que gobierna la comunidad.



En enero de 2014 se reunieron los padres para redactar otras constituciones y dar un 
nuevo comienzo para esta comunidad tan querida y tan odiada. Como decía el Padre Pío de Pietrelcina, ahora sólo queda “rezar, tener fe, y esperar…”


P. Eduardo Robles Gil. Nuevo Director General después del Capítulo de 2014


Padres capitulares; encargados de darle otras Constituciones a los Legionarios de Cristo


                  GALERÍA DE FOTOS

Funerales de Maciel

Presentando a los pequeños Legionarios
al Papa Juan XXIII


Funerales de Maciel

Cotijenses cargando el cuerpo de Maciel

Concurrido acto en memoria de el recién fallecido

Concurrido funeral

P. Álvaro Corcuera dando sepultura al fundador

Rodeado de empresarios y cardenales

Último viaje en vida a Cotija

Con Juan Pablo II

Con el P. Luis Garza Medina, Vicario de la Legión

Acompañado del sacerdote Santiago Oriol

El día de su muerte, en Florida, EEUU

Con Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro

Cuerpo de Maciel sin vida con el P. Marcelino de André

P. Evaristo Sada, secretario Genral de la Legión
con el cuerpo de Maciel

Primer Legionarios de Cristo

Retrato de Maciel que por obligación debía colgar
en todos los centros de la Legión, pero que por
orden de la Santa Sede tuvo que ser descolgado.

Maciel con el Papa Juan Pablo II en México